
Existe una historia que muero por escribir desde hace mucho tiempo, una historia que podría empezar así:
"Erase una vez un anacoreta sin más futuro que el presente y sin más pasado que los recuerdos acumulados bajo su cama en una caja de cartón llena de cartas borrosas. Erase una vez un hada que no conocía el mundo y salió por primera vez en busca de respuestas, esas que sólo se hacen cuando la vida parece resumirse en días soleados y juegos inventados con las amigas del barrio."
La parte central hablaría del momento en que estos mundos opuestos colisionan, iría más o menos así:
"Un día cualquiera, en una estación cualquiera, de mañana o de tarde, no importa, ella lo encontró ensimismado releyendo el contenido de la caja bajo su cama, cuando el la vio, todo lo que sabía de la vida y de ese extraño sentimiento del cual no recordaba el nombre, caducó de inmediato gracias a su mágica compañía, su candor incomparable y su tierna inocencia, ambos sin saberlo se enamoraron de inmediato pues uno de ellos no sabía lo que era ese sentimiento y otro no lo recordaba."
El desenlace de la historia es muy triste como para imaginar una forma de maquillarlo, solo puedo terminar escribiendo:
Ella voló a cumplir deseos a otro océano, mientras el renovó las cartas bajo su cama.