23 años después


(zero day)

¿Un año más o menos?, de cualquier forma hoy 15 de julio cumplo 23 otoños merecidos o no. No voy a quejarme de la vida que llevo por que si algo he aprendido en todo este tiempo es que las decisiones son las que determinan el destino personal, tampoco me quejaré por las decepciones sufridas, aunque sería más adecuado hablar en singular cuando me refiero a ellas, pero sí voy a das gracias a Dios por que por lo menos lo único que va bien en mi vida son mis estudios que a estas alturas se han convertido en mi refugio ya que estudio en tres lugares diferentes para no tener tiempo de ocuparme de los aspectos deteriorados de mi vida, sí soy consciente de ellos y no me interesa hacer algo por ellos, la razón es simple: “intenta barrer una calle en pleno huracán”.
Al leer todo esto me late que empezarás a pensar que soy uno de esos seres que vive haciendo el papel de víctima y en consecuencia empiezas a sentir repulsión por mí, y ¿sabes qué? Eso me tiene sin cuidado por que es algo que también aprendí en estos dos años de realidad. A ver veamos:
  • Amor, ¿amor? Bueno es una palabra aguda que no se tilda por que termina en “r”
  • Razón, ¿razón? Una forma inteligente de vivir o la única para ser exacto.
  • Amistad, ¿amistad? Una coca cola helada en el desierto, difícil pero no imposible… te quiero maniz.
  • Trabajo, ¿trabajo? Una maldición, no por que lo odie, sino porque no lo encuentro.
  • Dinero, ¿dinero? Mezquino el maldito.
  • Salud, ¿salud? Estoy entero ¿eso cuenta.


Algo que aún no puedo superar es que me alucino especial, inolvidable, e indispensable, nada más alejado de la frustrante realidad. De cualquier forma tengo otros 365 días para terminar de aterrizar.



_______the goes live_______