Érase una vez


Erase una vez (...), y vivieron felices para siempre.

De las historias que nos contaban cuando éramos niños, a la realidad latente, hay una gran diferencia, más grande de la que cualquiera desearía; así es como vemos el mundo los adultos.

Cuando éramos niños, el universo era tan pequeño, soñar tan sencillo, dormir muy fácil y el jugar constituía la razón de vivir. Sin darnos cuenta, en algún momento de nuestra existencia, mientras crecíamos, dejamos de jugar, soñar, reír, dormir, vivir, llegamos a adultos olvidando la magia de ser niño, entonces aprendímos el significado de palabras que no conocíamos cuando niños: estrés, odio, orgullo.

No podemos volver atrás y vestirnos con talla 8, pero sí podemos relajarnos un poco y disfrutar de cosas simples y gratuitas, respirar de vez en cuando y reír mucho más; seamos niños grandes y olvidemos las palabras malas que aprendimos al crecer.
By: Stalmat