De acuerdo, tu ganas

Acabo de hablar contigo y al sentir la pasmosa indiferencia que encontré en tu voz he decidido alejarme de ti, cosa que estoy seguro te tiene sin cuidado y te importa tanto como que el gato del vecino coja gripe; no sé si esto me duele o me da igual pues quizás me contagiaste tu sepulcral apatía.

Tal vez esto sea el producto del defecto que cambiarías en mí, ¿es que no sé interpretar las señales que das? O ¿mi orgullo me ciega?; más bien pienso que los cambios de “aquel” factor te conmueven tanto que no tienes idea de que sientes por mí o por él. Con más razón aún no deseo ser parte de una lotería o uno de los premios a escoger; después de todo tienes razón y mi orgullo no me permite bajar la cerviz ante esto.

El amor es eterno mientras dura, el tuyo feneció, el mío suplica eutanasia.

Este soy Yo

Soy como todos, detesto madrugar, odio los lunes, adoro The Corrs por las tardes en el trabajo, y cuando escribo a Kenny G. mezclado con vino tinto; los sábados rindo exámenes usualmente sencillos, y los domingos actualizo el iPod para luego jugar voley con mi gente; los month ends a lidiar con las prerrogativas del boss; todas las tardes posibles a ponerle un mail a quien quiero mucho y checar coments; hasta hace poco todas las mañanas solía enviarle un sms a alguien que estimaba mucho.
Otra vez llegado el weekend y tengo que publicar algo que cociné durante la semana o desempolvar algo del archivo inédito pues la semana no fue tan productiva.
Todos los días a cargar con el pasado en los bolsillos, con mi presente transformado en tinta y apilado en cuadernos de apuntes sin sentido aparente, y con mi futuro en alguna parte tras las colinas que rodean mi agujero.
Una que otra noche camino sólo por el parque para ver como existen los demás, y una vez a la semana voy a comer a algún restaurante sólo, por supuesto; a partir de las 5 p.m. al gym para deshacer complejos y desear los mismos resultados que mis colegas. Los sábados o domingos a llamar a Gab para enterarme de sus últimas hazañas e intentar explicarle que no puedo estar con él o simplemente evadir el tema con un ¿y cómo te fue en el cole?

Sea lo que fuere que haga o deje de hacer, nunca dejo de desear que me surjan alas que no sólo hagan posible el irme de aquí, sino elevarme por sobre mi pantanoso presente y volar hacia ti mi princesa sin rostro y gritarle al mundo que eres tu la esencia de mi vida y que nadie puede atribuirse ese titulo o reclamar derechos que son sólo tuyos.

P.D. Escribir para ti siempre será sencillo, sólo me basta imaginar que me amas, o que simplemente existes y hablas mi idioma sin pronunciar palabra.

G:.A:.D:.U:.


En realidad estuve pensando como empezar esto, pues nunca antes escribí para ti, veamos si logro graficar lo que tengo en mente:

Había una vez un niño inocente, el cual creía y confiaba en que alguien más grande que él llevaba las riendas de su vida, creía que si elevaba una plegaria Mamá sanaría o Papá no le pegaría tan fuerte como de costumbre; los años no se detienen y en este caso mucho menos, el niño no fue más niño, era ya joven cuando aún aguardaba que alguna oración escuchada hiciera eco en algún lado, aún creía que haciéndolo no pasaría más hambre, o que tal vez siendo puntual en los cultos su depresión se desvanecería como la nieve en verano, o que echándole ganas a las actividades de la misma, el abandono de su novia no le dolería tanto. Los años continuaron pasando y el niño ya joven comprendió que hablar sólo o elevar plegarias como antes llamaba a eso, constituía meramente el grito desesperado de su alma para que él mismo tomase las riendas de su vida, entonces decidió hacer él mismo el primer milagro en su vida, a saber, no buscar respuestas mirándo al cielo, ni abajo, ni atrás sino mirarse al espejo y encontrar todas las respuestas, fue encontes cuando empezó a vivir.

Finalmente llegó a reconocer que G.A.D.U. no tenía la culpa por los errores que él mismo había cometido, ahora tiene en mente que cada quién tiene lo que busca y si alguna vez estuvo en el hoyo fue por que andaba a ciegas, y tampoco por que GADU no le haya guiado o escuchado sus ruegos. Ahora sabe que él es enteramente responsable de su vida y no espera que GADU haga salir el sol para caminar pues hace poco que nuestro joven adquirió una lámpara para la oscuridad que esporádicamente le invade.

Nota: No sé si leeras esto cuando regreses de tus vacaciones en Europa, pero declaro que no tengo broncas contigo G.A.D.U.

P.D. Te llamo G.A.D.U. por que suena mejor que tus otros nombres.

Desde arriba


En medio de una soledad que no puedes ver, llena de una desilusión que no logras distinguir, estas vos; y yo, al otro extremo del bosque, arriba del árbol de la esperanza, tan frondoso como siempre, desde allí te veo, veo como la ceguera te impide dar pasos seguros, veo como tus deseos de vivir el momento terminan por hacerte arrepentir por lo que hiciste ayer, veo como tu inocencia te hace creer que puedes hallar el amor en un ordenador, o tras el hilo telefónico, o en misivas de frases recicladas, veo como entregas tus ilusiones a un seudo amor, sin saber que el amor no es una palabra, sino tangible.
Estoy consciente de que no soy el más adecuado para hablar de amor, pues desde que ya no estás me perdí en el mismo bosque en el que vos estás ahora, confundí el amor con la pasión fundida en sudor, confundí el amor con compañía, hasta lo llegué a confundir con simple atracción. Sé que no soy el adecuado para hablar de amor cuando he descubierto que no soy capaz de entablar una relación medianamente estable, pues algo dejó de funcionar dentro de mí cuando hiciste maletas.
Será por eso que decidí subir a este árbol, cansado de lo efímero de mis días en tierra firme; a pesar de eso aún bajo esporádicamente para no olvidar lo que se siente ser amado, aunque la contraparte sólo finja por un puñado de billetes.