Happy birthday to you … one more time (you know, I did it again)

Sucedió un sábado de abril cuando el verano ya había partido, ella decidió nacer cuando el otoño se acentuaba en la gran ciudad con su gris eterno y el bullicio cotidiano; días después cruzaría por primera vez el umbral aquel nuevo y bello ser; transcurrió la niñez entre el movimiento de G. y la tensa calma de A., entre la guaraná para romper la garganta y el pesado sueño imposible de romper a pesar de los alaridos de la sin hueso.
Adolescencia, oh! La mejor época junto a la inseparable cañones, confidente, amiga, hermana, cómplice… un nuevo barrio la contemplaba mientras dejaba los juegos infantiles e intentaba lidiar con “ella”, mas una mañana oscura supo que lo bueno no duraría mucho más, ni siquiera un corte de cabello alocado ni aún la amenaza de la ventana hicieron que “ella” desistiese de la decisión tomada. Fue así como arribó a la ciudad del eterno sol e infinita oscuridad, la peor época hasta ese momento, empeoró cuando el primer insecto picó su corazón, en el horizonte no se vislumbraba más que la noche etérea, pero la vida tenía que continuar, es así como subió al cuarto peldaño de la educación, allí un día se topó con alguien que cambiaría su vida (para bien o para mal, es difícil ser imparcial), su presencia, ojos y risa fueron los ingredientes necesarios para que él descubriese en ella al ángel que estaba sentado al frente suyo en la biblioteca, mientras él pretendía leer (algo que muy pocas veces hacía en la biblioteca), ella aprendía quechua (o por lo menos eso intentaba), marmota fue la testigo de todo el trance, luego entre clases de piano y salpín el conoció el amor “más allá de los sueños”, ella aún estaba decidiéndolo que sentía en realidad cuando dejaron de ser dos para convertirse en tres… (Pero esa es otra historia).
Luego de algunos años, ella decidió tomar un camino alterno y regresar al cuarto peldaño de su educación, fue allí cuando le pico un segundo y horrible insecto, tras aplastarlo bajo sus zapatos llegó “él” (este es otro “él” por siaca), al que prefiero no aludir; pues bien, lo maravilloso del presente es que a pesar de que la “sin hueso” le haga la vida un rompecabezas , ella aún mantiene ese brillo en los ojos y esa risa tan rica que logra apaciguar la tensión (aunque me mate diciendo que es callejón, no es así), pero no se lo confieso junto a otras cosas para aparentar estoicismo. Hacerla sonreír no representa reto, complacerla es sencillo con algún toffee o un hershey's, sus sueños son tan simples como una cabaña en un bosque lejano, junto a su pequeño, con una pecera, animales silvestres y la paz que va buscando por décadas. Hoy cuando llegados tus 27 deseo que sigas sonriendo o riendo, o lo que sea que hagas jejeje, deseo que la “sin hueso” finalmente te deje en paz por un día (¿es mucho pedir? Por buda!!!), ah! también deseo que a partir de aquí los años pasen muy pero muy lentos para impedir que llegues pronto a base 3 (que terror =$), también deseo que tengas presente que desde y hasta siempre yo estaré contigo sin importar las circunstancias te acompaño más allá de la realidad velando por ti aunque no puedas verme, pues tu más que nadie me conoce y yo a ti más que a nadie. Un beso gigante en tus cachetitos ricos de “ganaditos” y un abrazo de oso para ti. “Algún día…” / Sé que a estas alturas ya aprendiste que lo más difícil de la vida es vivir.

______Play para tu canción: Resucitar – Gianmarco_______