Entre sueños y realidades

… y continúas caminando por la vida confundiendo amor con compañía.

Pues, cuando el desenfreno de una noche de sexo se desvanece solo queda vestirse y convencerse que la vida continúa, lavar con agua y jabón la soledad que deja el acostarse con una mujer que horas atrás era solo una desconocida, y ciertamente desear haber desempeñado un buen “papel”,… y no volver a verla.

Imposible es, pensar que me amabas solo por que te acostabas conmigo, o por que fingías orgasmos, o por que dabas la iniciativa. Utópico es, pesar que soy el único que conoce el aroma de tus sábanas, y el único al que dices “quédate a dormir”. Iluso es, pensar que te gustan las cartas que te escribo, si te importa más como luzco y no como siento. Absurdo es, creer que tienes algo de amor bajo esa capa de maquillaje de mujer intelectual, autocompasiva y mártir sin causa.

Algunos sueños fueron inventados para ser sólo eso y muchas realidades para ser permanentes (la mía es una de ellas)