
Aún recuerdo el día en que me regalaste todos los astros del cielo a cambio de una promesa, aquel día me adoraste y vestiste de musa. Hoy, después que todo aquello se transformó en ayer, me siento desolada por tu timo, pues los astros que me obsequiaste se mudaron de constelación y los vestidos de musa perdieron el color.
Hoy, vengo a reclamar la garantía de tu amor caduco, devaluado, miserable y escaso, necesito que los arco iris que adornaban mi habitación regresen a darme la alegría que te llevaste.
Devuélveme las llaves de mi corazón y el mapa de mi alma.