La diosa y el peregrino

Un día de julio, en un camino cualquiera, en un país de nombre difícil, un peregrino caminaba en su segundo año desde que partió hacia un destino lejano, con casas como muchas de las que había dejado atrás, ese trecho del camino le llamó la atención, pues una joven estaba sentada en el umbral de una de las casas, con la mirada pareció llamarlo y él dirigió sus pasos hacia ella, con un saludo la joven lo invitó a entrar; ya cerca de ella, el peregrino vio una luz especial en aquello ojos, ese rostro y esas pequeñas manos. La joven le invitó un café y empezó a contarle un poco de su vida, al principio el peregrino sólo escuchaba esa dulce voz sin oír lo que decía, sonaba como un remanso de aguas cristalinas, ¡Pero que estoy haciendo! – pensó para si – pero ya era tarde, estaba enamorado; mas decidió ocultárselo y continuar la charla, porque después de todo él sólo estaba de paso.
En medio de la tarde, los cafés y el aroma característico de la tierra húmeda, el peregrino se dedicó a enseñarle el verdadero significado de la soledad, la amistad, el amor; le relató algunas historias, como la del hombre, el perro y el caballo; las horas transcurrían y el peregrino vio detrás de esos ojos a una niña con sonrisa de sol, entonces ayudó a la joven a verse al espejo y descubrir que era en realidad una diosa, le dio nombre y la llamó Ishtar la diosa del amor y de la guerra, le mostró los secretos de la vida y el sentirse responsable de si misma antes que del resto; el peregrino esperaba quedarse y aprender más de la diosa, pero un día entendió que la diosa debía ser capaz de manejar su divinidad por si misma, entendió que el amor entre un mortal y una diosa era imposible, entonces decidió partir, le dio un beso en la frente a la diosa/niña/mujer, y partió dejando la puerta abierta.

Para mi cielo Coral

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermosa Historia.
Ojalá se hicieran posibles los amores imposibles.

Anónimo dijo...

Si el peregrino no hubiera ocultado la verdad sobre su amor,esta historia tendría un final diferente. (Ah está linda la historia del hombre, el perro y el caballo) UN BESO..